jueves, junio 09, 2005

IDADES

Idad, yo ida y tú venido de mis palabras que conllevan mi descripción en los textos del cavernalismo abstracto de los hombres que van sembrando palabras sobre el cemento para describir la existencia misma y las razones por las cuales seguiré siendo igual.

Podría vivir con esta Vagicinidad, que es tener una vagina más grande que la vanidad. Y a veces el orgullo me lleva al lado Vanavaginal, totalmente contrario a lo descrito anteriormente hablando en términos feministas, pero hay que guardar las apariencias, siempre hace efecto en mi la hormonosis... búsqueda del control de mis hormonas que hierven como frijoles en la hoya exprés de mi cuerpo y hacen que no controle ningún instinto animaloide, atraída por cualquier homosaurio... dejemos esa parte en un hombre bastante humano.

Tratando de cambiar apliqué la terapia del Vagicinitril, una especie de psicoloco que trata de componerme la vida fragmentando mis sentimientos y razonamientos cada 7 días. Después de unas cuantas sesiones quedó estupefacto de la vagicinidad que podría tener una mujer como yo y terminó enamorado de mi, por lo que seguí mi vida con esa matricidad que es un molde descompuesto en moléculas con el rosa flotando y castrando cualquier foco prendido en mi cerebro, porque siempre tiene uno que comportarse como muñequita nueva dentro de la caja de patrañas corrugadas.

Tal vez siempre estoy inconforme porque la Madreabilidad es donde uno pasa la vida totalmente madreado gracias al efecto contrario de las de mi madre hacia la vagicinidad, porque para ellas hay que ser más rosa que mujer y vivir en los zapatos de la abuelita antañenta que sueña con procrear más hijos animaloides que los años que tiene.

Y yo que soy tan seca siempre sugería la afriabilidad cuando no me sale el lado cursi de la cama, que es una acongelación interno-externa provocada por el efecto del patinaje de los pingüinos sobre mi sangre, donde cualquier error sería partido por el éxtasis venenoso de mis palabras que no saben perdonar ningún ataque contra mis impulsos controlisidas, o sea, controladora y suicida de nacimiento.

Sigo adelante en esta estupefacilidad, que conlleva los días donde deseo parecer más estúpida que facilista en este mundo de papel, donde se me concedieron manos de ángel infernario para hacer y deshacer lo que se me venga en gana.

Entre el ando, iendo y viniendo estoy totalmente estresada, y me vuelvo una palomita de maíz a punto de la explosión durante la cena. Y es que parece que me estoy tragando como puños de tierra las palabras y esto me está provocando un abotargamiento totalmente absurdo, lo que me lleva a este desquiciamiento interior que truena cualquier teoría existencialista y creo y destruyo lo que mi razón y ganas me permitan.
Finalmente entre el choro y chorear uno se vuelve un magnánimo chorizo de palabras y es capaz de construir edificios sobre el viento.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Elva, ya sabes k me gusta mucho como escribes, y creo que este, no se si llamarlo poema, ya que tenemos la idea de k un poema es mas de amor, y lo que tu escribes son cosas como mas realistas por k entre pàrafo y frase muestras las cosas tal como son, sin necesidad de quebrarte la cabeza con un lenguaje rebuscado
¡¡¡¡FELICIDADES POR TU PÀGINA!!!