miércoles, octubre 11, 2006

El ataúd de la sonrisa...

Morir
Te fuiste y yo no pude recoger el último suspiro de tu boca.
Te fuiste y fue todo diferente,
aunque aquí están tus zapatos tus ropas y tus sueños,
Te fuiste de entre mis manos con un viento que no regresa
y yo no lloro tu descanso, ni tu sufrimiento, ni lo que no te di,
Lloro las noches, los meses y los años que no vuelven…

Recuerdo lo que fue ayer:
Ellos te llevaron en esa caja,
Envuelto en esas bolsas,
Como si la carne fuera solo eso,
Un pedazo de carne.
Te llevaron lejos de mí,
con el pretexto de preparar tu cuerpo,
como si la vida no fuera bastante para lograrlo.
Luego te sacaron de entre las gentes
De estos y aquellos que nunca conocí.
Pero todos lloraban al mismo son,
Y las llamas seguían brillando
y de nuestros ojos escurría la cera.

Selle en mis ojos ese último recuerdo,
Selle en un beso tu cristal y tu rostro,
Mi última lágrima se derritió sobre el ataúd,
y yo tuve que beber mi llanto,
mi corazón muere contigo si es que algún vuelvo amar.
Guarde mi alma en tu pecho para ir contigo,
Mis oídos rezaban y mi nariz se formo de flores
porque mi hablar a solas es sólo para ti.

Recuerdas a los locos,
la chica de cartón piedra que cantamos,
Por qué no despertar papá,
Es tan fácil,
sólo abre tus ojos,
Y poco a poco la luz entrara de nuevo en ti.

Pero no es inútil soñar,
Tus ojos fríos estaban soldados con maquillaje,
Y yo, yo que siempre me sentí tan torpe,
No pude sacarte de ahí,
llevarte entre mis brazos como cuando tú lo hacías conmigo,
cuanto querías tu casa, tus sueños y los adobes viejos que resguardaron tu dolor.
esa casa de mi bisabuela que será la tumba de nuestras sonrisas ahora que te has ido.

No, ya no vuelves,
tú estabas lejos,
lejos de ahí y de tu cuerpo,
de tus cosas y de las mías,
de todo lo nuestro.
Sola, sola, sola,
así se escribirá mi nombre,
Hoy que queda,
No queda ni tiempo ni vida,
Y tú me decías que eso es lo que me sobra.

Hoy no tengo a que regresar,
Con quien compartir los sábados y los domingos,
Con quién discutir de lo que todos no hablan,
Quien me entienda, a quien entender.
Porque sólo tú y yo nos entendimos.

Tengo miedo,
miedo de morir y no estar contigo,
morir y que tu no estés a mi lado,
De que mi bondad no te alcance los talones,
De que yo siendo tan miserable sea ni un suspiro de ti.

Hoy andarás también luchando contra tus molinos de viento,
Construyendo castillos en el aire,
Cantando sones de viento y minuetos de aire.
Pescando ángeles y enojadote por el trafico de los pájaros,
Papá si vieras cuanto extrañare llamarte por ese nombre,
De que tamaño serán tus alas,
que pequeño se siente mi corazón.

Prometo no volver a molestarme por tus cigarros,
Perdóname por esconderlos,
Perdóname por no querer que fumaras,
Perdón por lo que hoy ser que harás a tus anchas,
Porque hoy se que las nubes se construirán con tu aliento.


Elva*