Tus manos un gélido ardor que recorre mi cuerpo
me llena de llagas y huellas la carne,
me viste la piel de tu sombra,
y tu lengua me pinta con saliva y lo que entre palabras no dices.
A veces te encuentro callado con el ceño fruncido hasta el hueso
Y la oscuridad escondida en tus ojos.
temo que seas un espejismo o un sueño que no soñé.
Me pregunto a que te sabe el silencio
Mientras espero estalle tu boca
y de tu lengua broten, dos o tres o cinco palabras.
Nada sucede,
nada se escapa de entre tus dientes,
Solo silencios, pausas y negro.
Te veo cada vez más oscuro y callado.
De tu aliento brotan huracanes.
Intento saltar a tus labios,
Quiero beberte en un sorbo hasta el alma,
Pero nada sucede en tu cuerpo no siente,
tu boca y tus besos son de aroma a café, dudas y ausencia...
Elva*