sábado, agosto 26, 2006

Ausencias.

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(foto: Elva García)
A qué te sabrá mi ausencia,
cómo catarás las horas sin una gota de mí,
con qué acompañaras el pan de tu noche sin el sazón de mi boca,
cómo endulzarás la cama sin el sudor de mi cuerpo,
cómo alumbras la noche sin mi alma en tus pupilas.

Ya nada de lo que te suceda me importa.
No volveré a salvarte en mi recuerdo,
No volveré como aliento a tu boca en el último respiro,
No volveré a ser el cuerpo del papel arroz en tus manos,
No volveré a ser de tus labios, ni el sueño que te regrese tus alas,
No volveré a ser la droga que le regresara la vida a tu muerte.

Hoy me decidí olvidarte,
Hoy me decidí no volver a escribir de ti.
Hoy decidí enamorarme del silencio.
de la soledad que guardé en mi alcoba.
del fuego que calentó mi cuerpo mientras tú no estabas,
de la locura que justifico tu ausencia.
Me enamorare de todo y de nada,
lejos de ti y de tu recuerdo,
pensando en mi ausencia a qué te sabrá.


Elva*

jueves, agosto 03, 2006

Es lo que hay...


Tu nombre lo sisea mi tímpano,
y las vocales son olas que vienen y van,
revolcándote sobre agua,
navegando en mi mente,
estrellándote en mi,
figurando tu voz y dibujando oídos.

Déjame sucumbir bajo tu sombra,
escarbar locuras y almacenar muertes
quédate a mi lado desollando penas,
enturbiémonos el reflejo en vino…

Jamás tejí sudarios con tu amor, ni fui mártir,
ni allane silencios, ni flagele mis sueños.
Me culpaste de tus pecados y cargue tus penitencias,
si mentí, que el cielo perdone lo ateo de mi ser y mi amor por ti…

Hablo creyéndote mío,
y tú cavabas el pozo donde me jacto de ser tu dueña,
pero tú forjas otra cama, otra boca, otra piel y otra mujer,
y yo prefiero ser miope a enamorarme de ti.

Qué, si lo trémulo de la noche fue mi culpa,
Qué, si fue tú carne quien enturbio mi aroma,
Qué, si te llevaste mi alma y mi sexo en el olfato.

Que corruptas fueron las horas que nos guardo el silencio…

Mi amor era una ostra para ti,
fui tu lastima o tu mi coincidencia,
el amor fue una cruz para santificarme,
y tu seguridad se construyo las costillas de la mía.

Viviré de recuerdos y beberé tus oscuridades,
recordaré tus ojos en la sombra,
seré de ti, de tus frases, tus manos, y mi jadeo,
probare tus labios pensándote mío y seré lo que no fui.

Quedará el remanso de tu dedo que dibujo mi piel.
serás la carne de mi carne y morirá conmigo;
y serás mi amante aunque la vida sea mentira.
Porque para ser tú pecado necesite el nombre de tu penitencia…

Elva*